miércoles, 29 de mayo de 2013

ALDEA DEL FRESNO-EMBALSE DE PICADAS


La ruta que he planteado para hoy es la compilación de dos recorridos que habitualmente suelo hacer saliendo desde Escalona.  Pero, en el día de hoy, pedalear por estas zonas me ha proporcionado sensaciones nuevas, y por suerte, positivas. Me explico, las veces que he rodado por la zona del Embalse de Picadas lo he hecho solo; y en la zona de Villa del Prado, lo hacía solo o en compañía de mi amigo Demo. Pero hoy no ha sido así, puesto que nos hemos reunidos 22 biker. Por momentos, me costaba reconocer algunas zonas en las que mi recuerdo me traía imágenes de silencio y tranquilidad. Hoy era una fiesta. 
 
El planteamiento del recorrido trae como base dos Vías Verdes de la Comunidad de Madrid. La primera, la Vía Verdedel Alberche de 14 km. que tiene su inicio en la antigua estación situada en la parte alta de San Martín de Valdeiglesias, junto a la piscina municipal, y que finaliza en el dique del Embalse de Picadas. De esta Vía recorreremos la zona del Embalse de Picadas. Como curiosidad, este ferrocarril de vía estrecha nunca llegó a terminarse. Se planteó como un ramal del ferrocarril de la ruta de Madrid a Almorox y, supuestamente, daría servicio hasta Plasencia. Lo iniciaron en 1920 pero en la Guerra Civil dejaron de trabajar; aunque eso no impidió que lo inaugurasen con toda la pompa de entonces montando unas vías entre San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, y llevando en un camión una locomotora que circuló durante unos metros y luego regresó a su lugar de origen.
 
 


La segunda es la Vía Verde del Guadarrama, de 13 km y que parte desde la Estación de Cercanías de El Soto (Móstoles) y finaliza en Navalcarnero, manteniendose acondicionada hasta el Puente de Hierro sobre las aguas del río Guadarrama. Esta Vía intenta mantener el recorrido que antaño efectuaba el Tren de Almorox y que fue clausurado definitamente el 1 de julio de 1970. Hasta entonces,   era el medio que utilizaban muchos madrileños para bañarse en las aguas del Alberche (de ahí vino el apelativo de Tren de la Playa). Por eso, en el día de hoy, vamos a pedalear sobre parte del antiguo trazado ferroviario del Tren de Almorox en las inmediaciones de Villa del Prado. (Para saber más pinchar aquí)

 
Y después de este preámbulo, la protagonista de hoy es la bicicleta; mejor dicho, 22 bicicletas, de las que 21 no sabían por donde iban a rodar ni por donde tenían que subir. Nunca hasta hoy había rodado en un grupo tan amplio, salvo en rutas organizadas no competitivas. Por eso, el punto de encuentro para iniciar y finalizar esta ruta circular ha sido el estacionamiento existente en el margen derecho de la carretera, saliendo desde Aldea del Fresno con sentido al Rio Alberche y ubicado antes de llegar al puente. Perfecto lugar para dejar los coches, y junto al área de recreo  dentro del rio. Por cierto, justo en este punto el rio Perales desemboca en el Alberche.
 
Con un día soleado y con viento preocupante, iniciamos la marcha bajando por la M-507 hasta el puente y continuando con sentido a Villa del Prado. Aunque el arcén es pequeño, circulamos en fila durante unos dos kilómetros hasta encontrar el desvío a la Presa de Picadas;  nos desviamos y cogemos  la Carretera de Picadas. Tras pasar por una urbanización, observamos a la izquierda las verjas del Safari Park. Ascendemos por una serpenteante carretera sin tráfico y pasamos una barrera. Desde aquí, se observa el espectacular paisaje del Embalse de Picadas, su dique y la central hidroeléctrica.
 
 
 
Una rápida bajada nos sitúa sobre el dique y comprobamos como el fuerte viento es capaz de desnivelarnos de la bicicleta. Pensando en el recorrido que nos espera después del embalse empiezo a preocuparme e intuyo que las “subidas” se pueden hacer más duras de lo que ya son.

 
Dique del Embalse de Picadas

 
 
El camino “sobre las aguas” del embalse, en un trazado de casi 7 km. y que forma parte de la Vía Verde del Alberche,  nos enseña la belleza del entorno, a pesar de tener que imprimir más fuerza en los pedales por culpa del caprichoso viento que nos va a acompañar en toda la ruta. De esta forma, llegamos al área de descanso junto a la carretera M-501. Momento propicio para unas fotos y un pequeño avituallamiento para emprender los dos tramos de subidas.
 
 
 
 
Por debajo del puente ferroviario cogemos la asfaltada vía pecuaria y, en pocos metros, comprobamos como las cubiertas de las ruedas empiezan a sentir “un cierto cariño con el suelo” y comienzan a pegarse. Ya hemos empezado a subir piñones y a buscar en la vajilla los platos más pequeños, y no hemos llegado a lo peor. Con tramos de 14 o 15 %, pasamos otros que superan el 20% de desnivel positivo. Cuando ruedo por estos sitios siempre pienso lo bonito que sería hacerlo andando y disfrutar de los maravillosos paisajes que, cuando pedaleamos mirando a la rueda, solemos perdernos. Así, vamos llegando al desvío de la vía pecuaria para coger el camino de tierra. Y entre la sombra de los pinos piñoneros tenemos que esperar a que la totalidad de los 22 valientes biker lleguen al final de la primera ascensión.
 
 
 
No paro de pensar en mi sobrino Javier, que se animó a acompañarnos montado en una antigua Conor de 21 velocidades y con un cuadro que le quedaba pequeño. Uno a uno van llegando y la imagen me recuerda la llegada a meta en las etapas reinas del Tour de Francia, animando a los sufridores y con fuerte ovación para Rivas, el último. Por cierto, desde este punto, las vistas del pantano de San Juan son espectaculares.



I' Sorry! No estamos todos
Con el visto bueno de Rivas seguimos la marcha por terreno favorable entre un bosque de pinos. Pasado el gran charco de la derecha cogemos el camino que aparece a nuestra izquierda y que nos va a llevar a la siguiente y última subida del día de hoy. Larga ascensión por terreno de tierra y, por momentos, con regular firme. También pasa factura con desniveles que superan el 12% positivo. El precioso paisaje “no se ve”. Tan solo se mira al suelo, a la rueda y a trazar el camino por la mejor parte del camino. Mis oídos empiezan a pitarme y creo que más de uno se está acordando de mí.
 
Después de reagruparnos informó del riesgo que supone la siguiente parte del itinerario. En las subidas se sufre pero no te caes; en las bajadas, sufres y puedes caerte, y tenemos que bajar durante unos largos 6 kilómetros que en algunos tramos llegaron a alcanzar el 22% de desnivel negativo. Así, con mal terreno en muchos tramos debido a los arrastres  de las lluvias que dejan la tierra y piedras sueltas, muchas curvas y zonas muy rápidas, llegamos a las primeras edificaciones de urbanizaciones de Villa del Prado. Tenemos que esperar para reagruparnos y vuelvo a pensar en mi sobrino Javier con su vieja Conor con horquilla rígida.
Sin percances, continuamos la marcha y bajamos por la calle de las Eras y giramos a la derecha por la calle Piscina para bajar a la Avdª de Juan Carlos I (travesía perteneciente a la M-507). La cruzamos y por la Avdª de la Constitución llegamos a la plaza del Ayuntamiento y realizamos un pequeño avituallamiento aprovechando la fuente junto a la torre de la iglesia.
Villa del Prado
 
Como ya expliqué, la segunda parte del recorrido nos va a llevar sobre el antiguo trazado ferroviario del Tren de Almorox. La pretensión inicial era llegar hasta la Finca del Alamín en los límites con la Comunidad de Castilla La Mancha, pero las fuerzas del grupo, la hora y el viento me hacen acortarla al finalizar la larga recta salvada con profundos taludes por donde discurrían las vías del tren. Esta recta la cogemos por detrás del antiguo apeadero subiendo por la calle de Pedro Tolosa dejando a la derecha el Instituto.
 
El fuerte viento nos obliga en toda la recta a pedalear un poco más fuerte que lo normal; así que, cuando acabamos la recta pongo mi vida en peligro al explicar que tenemos que volver por el mismo camino y que el fin de este ramal era ver el antiguo camino del Tren de Almorox. Con pitidos en mis oídos volvemos a Villa del Prado pasando junto al apeadero, rodando por el Paseo de la Estación y, frente a la calle FEVE, volvemos a coger el camino ferroviario sin acondicionar  y con taludes que nos lleva en una larga recta, con viento incluido, hacia una pequeña carretera que, por su derecha, nos adentra en la zona de la Ermita de Nuestra Señora de la Poveda, junto a los merenderos y al Río Alberche.
Ermita de Ntrª Srª de la Poveda
 
Como ya se hace tarde, las fuerzas escasean y el tiempo no está para mojarnos en el Río Alberche, seguimos la ruta por el camino hasta salir a una planicie junto a la valla de la Finca La Rinconada que confluye con la M-507. En este punto volvemos a reagruparnos y por el arcén de la carretera regresamos al estacionamiento junto al río, pasando sobre el puente, y damos por finalizada la ruta.
 
 
 
 
 
 
En total hemos cubierto una distancia de 47,5 km sin destacar incidentes, salvo rotura de la cadena de Rivas en la primera subida y pinchazo de la bici de Roberto sin haberla sacado del coche ¿?. Nos esperan Helio y Richi que, con mucha sabiduría, han optado por hacer solo la ruta “gastronómica”. Aperitivo en las mesas junto al rio (unas escaleras acceden directamente desde el estacionamiento al área recreativa) y después, la comida en el Restaurante Los Conejos que podemos calificarlo como un restaurante “3 B”, Buena atención, Buena comida y Buen precio, dando por finalizada una buena jornada.


DATOS DEL RECORRIDO:
Total kilómetros: 47,5
Área cubierta: 48 km2
Tiempo total invertido: 3 h 58'
Tiempo en movimiento: 2 h. 43'
Tiempo detenidos: 1 h. 15'
Velocidad media: 17 km/h
Desnivel acumulado ascendiendo: 705 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 707 m.
Altitud máxima: 814 m.
Altitud mínima: 451 m.
 

PERFIL ALTIMÉTRICO:
 
 
 
PLANO DE LA RUTA: 
  

No hay comentarios: