La ruta que he planteado para hoy
es la compilación de dos recorridos que habitualmente suelo hacer saliendo
desde Escalona. Pero, en el día de hoy, pedalear
por estas zonas me ha proporcionado sensaciones nuevas, y por suerte, positivas.
Me explico, las veces que he rodado por la zona del Embalse de Picadas lo he
hecho solo; y en la zona de Villa del Prado, lo hacía solo o en compañía de mi
amigo Demo. Pero hoy no ha sido así, puesto que nos hemos reunidos 22 biker.
Por momentos, me costaba reconocer algunas zonas en las que mi recuerdo me
traía imágenes de silencio y tranquilidad. Hoy era una fiesta.
El planteamiento del recorrido
trae como base dos Vías Verdes de la Comunidad de Madrid. La primera, la Vía Verdedel Alberche de 14 km. que tiene su inicio en la antigua estación situada en la
parte alta de San Martín de Valdeiglesias, junto a la piscina municipal, y que
finaliza en el dique del Embalse de Picadas. De esta Vía recorreremos la zona
del Embalse de Picadas. Como curiosidad, este ferrocarril de vía estrecha nunca
llegó a terminarse. Se planteó como un ramal del ferrocarril de la ruta de
Madrid a Almorox y, supuestamente, daría servicio hasta Plasencia. Lo iniciaron
en 1920 pero en la Guerra Civil dejaron de trabajar; aunque eso no impidió que lo
inaugurasen con toda la pompa de entonces montando unas vías entre San Martín
de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, y llevando en un camión una locomotora
que circuló durante unos metros y luego regresó a su lugar de origen.
La segunda es la Vía Verde del Guadarrama, de 13 km y que parte desde la Estación de Cercanías de El Soto (Móstoles) y finaliza en Navalcarnero, manteniendose acondicionada hasta el Puente de Hierro sobre las aguas del río Guadarrama. Esta Vía intenta mantener el recorrido que antaño efectuaba el Tren de Almorox y que fue clausurado definitamente el 1 de julio de 1970. Hasta entonces, era el medio que utilizaban muchos madrileños para bañarse en las aguas del Alberche (de ahí vino el apelativo de Tren de la Playa). Por eso, en el día de hoy, vamos a pedalear sobre parte del antiguo trazado ferroviario del Tren de Almorox en las inmediaciones de Villa del Prado. (Para saber más pinchar aquí)
Y después de este preámbulo, la
protagonista de hoy es la bicicleta; mejor dicho, 22 bicicletas, de las que 21
no sabían por donde iban a rodar ni por donde tenían que subir. Nunca hasta hoy
había rodado en un grupo tan amplio, salvo en rutas organizadas no competitivas.
Por eso, el punto de encuentro para iniciar y finalizar esta ruta circular ha
sido el estacionamiento existente en el margen derecho de la carretera,
saliendo desde Aldea del Fresno con sentido al Rio Alberche y ubicado antes de
llegar al puente. Perfecto lugar para dejar los coches, y junto al área de
recreo dentro del rio. Por cierto, justo
en este punto el rio Perales desemboca en el Alberche.
Con un día soleado y con viento
preocupante, iniciamos la marcha bajando por la M-507 hasta el puente y
continuando con sentido a Villa del Prado. Aunque el arcén es pequeño,
circulamos en fila durante unos dos kilómetros hasta encontrar el desvío a la
Presa de Picadas; nos desviamos y
cogemos la Carretera de Picadas. Tras
pasar por una urbanización, observamos a la izquierda las verjas del Safari
Park. Ascendemos por una serpenteante carretera sin tráfico y pasamos una
barrera. Desde aquí, se observa el espectacular paisaje del Embalse de Picadas,
su dique y la central hidroeléctrica.
Una rápida bajada nos sitúa sobre
el dique y comprobamos como el fuerte viento es capaz de desnivelarnos de la
bicicleta. Pensando en el recorrido que nos espera después del embalse empiezo
a preocuparme e intuyo que las “subidas” se pueden hacer más duras de lo que ya
son.
Dique del Embalse de Picadas |
El camino “sobre las aguas” del
embalse, en un trazado de casi 7 km. y que forma parte de la Vía Verde del Alberche, nos enseña la belleza del entorno, a pesar de
tener que imprimir más fuerza en los pedales por culpa del caprichoso viento
que nos va a acompañar en toda la ruta. De esta forma, llegamos al área de
descanso junto a la carretera M-501. Momento propicio para unas fotos y un
pequeño avituallamiento para emprender los dos tramos de subidas.
Por debajo del puente ferroviario
cogemos la asfaltada vía pecuaria y, en pocos metros, comprobamos como las
cubiertas de las ruedas empiezan a sentir “un cierto cariño con el suelo” y
comienzan a pegarse. Ya hemos empezado a subir piñones y a buscar en la vajilla
los platos más pequeños, y no hemos llegado a lo peor. Con tramos de 14 o 15 %,
pasamos otros que superan el 20% de desnivel positivo. Cuando ruedo por estos
sitios siempre pienso lo bonito que sería hacerlo andando y disfrutar de los
maravillosos paisajes que, cuando pedaleamos mirando a la rueda, solemos
perdernos. Así, vamos llegando al desvío de la vía pecuaria para coger el
camino de tierra. Y entre la sombra de los pinos piñoneros tenemos que esperar
a que la totalidad de los 22 valientes biker lleguen al final de la primera
ascensión.
No paro de pensar en mi sobrino
Javier, que se animó a acompañarnos montado en una antigua Conor de 21
velocidades y con un cuadro que le quedaba pequeño. Uno a uno van llegando y la
imagen me recuerda la llegada a meta en las etapas reinas del Tour de Francia,
animando a los sufridores y con fuerte ovación para Rivas, el último. Por
cierto, desde este punto, las vistas del pantano de San Juan son espectaculares.
I' Sorry! No estamos todos |
Después de reagruparnos informó
del riesgo que supone la siguiente parte del itinerario. En las subidas se
sufre pero no te caes; en las bajadas, sufres y puedes caerte, y tenemos que
bajar durante unos largos 6 kilómetros que en algunos tramos llegaron a alcanzar
el 22% de desnivel negativo. Así, con mal terreno en muchos tramos debido a los
arrastres de las lluvias que dejan la
tierra y piedras sueltas, muchas curvas y zonas muy rápidas, llegamos a las
primeras edificaciones de urbanizaciones de Villa del Prado. Tenemos que
esperar para reagruparnos y vuelvo a pensar en mi sobrino Javier con su vieja
Conor con horquilla rígida.
Sin percances, continuamos la
marcha y bajamos por la calle de las Eras y giramos a la derecha por la calle
Piscina para bajar a la Avdª de Juan Carlos I (travesía perteneciente a la
M-507). La cruzamos y por la Avdª de la Constitución llegamos a la plaza del
Ayuntamiento y realizamos un pequeño avituallamiento aprovechando la fuente
junto a la torre de la iglesia.
Villa del Prado |
Como ya expliqué, la segunda
parte del recorrido nos va a llevar sobre el antiguo trazado ferroviario del
Tren de Almorox. La pretensión inicial era llegar hasta la Finca del Alamín en
los límites con la Comunidad de Castilla La Mancha, pero las fuerzas del grupo,
la hora y el viento me hacen acortarla al finalizar la larga recta salvada con
profundos taludes por donde discurrían las vías del tren. Esta recta la cogemos
por detrás del antiguo apeadero subiendo por la calle de Pedro Tolosa dejando a
la derecha el Instituto.
El fuerte viento nos obliga en
toda la recta a pedalear un poco más fuerte que lo normal; así que, cuando
acabamos la recta pongo mi vida en peligro al explicar que tenemos que volver
por el mismo camino y que el fin de este ramal era ver el antiguo camino del
Tren de Almorox. Con pitidos en mis oídos volvemos a Villa del Prado pasando
junto al apeadero, rodando por el Paseo de la Estación y, frente a la calle
FEVE, volvemos a coger el camino ferroviario sin acondicionar y con taludes que nos lleva en una larga recta,
con viento incluido, hacia una pequeña carretera que, por su derecha, nos adentra
en la zona de la Ermita de Nuestra Señora de la Poveda, junto a los merenderos
y al Río Alberche.
Ermita de Ntrª Srª de la Poveda |
Como ya se hace tarde, las
fuerzas escasean y el tiempo no está para mojarnos en el Río Alberche, seguimos la
ruta por el camino hasta salir a una planicie junto a la valla de la Finca La
Rinconada que confluye con la M-507. En este punto volvemos a reagruparnos y
por el arcén de la carretera regresamos al estacionamiento junto al río,
pasando sobre el puente, y damos por finalizada la ruta.
En total hemos cubierto una
distancia de 47,5 km sin destacar incidentes, salvo rotura de la cadena de
Rivas en la primera subida y pinchazo de la bici de Roberto sin haberla sacado
del coche ¿?. Nos esperan Helio y Richi que, con mucha sabiduría, han optado
por hacer solo la ruta “gastronómica”. Aperitivo en las mesas junto al rio
(unas escaleras acceden directamente desde el estacionamiento al área
recreativa) y después, la comida en el Restaurante Los Conejos que podemos
calificarlo como un restaurante “3 B”, Buena atención, Buena comida y Buen
precio, dando por finalizada una buena jornada.
PERFIL ALTIMÉTRICO:
PLANO DE LA RUTA:
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