Los que practicamos este deporte sabemos que conforme vas teniendo continuidad en las salidas, tu cuerpo va cogiendo forma y cada vez te vas a exigir un poco más. Por eso, los planteamientos cada vez van siendo más exigentes y, al final, acabas con una buena paliza en tu cuerpo.
Para hoy tenía pensado recorrer varias de las canteras que se encuentran en las proximidades de Cadalso de los Vidrios, a sabiendas que ir a Cadalso es sinónimo de subir y meter metros positivos en las piernas.
Si tuviera que sacar los aspectos positivos de esta ruta diría que son: la dureza, la constante ascensión por cuestas que no tienen fin, los continuos "serruchos" que agotan tus piernas, una complicada trialera, varias subidas que me hicieron echar el pie a tierra y los más de 1000 metros positivos. En cuanto los aspectos negativos, tan sólo decir que nuestros ojos no son capaces de asimilar tanta belleza por los parajes donde hemos rodado.
En cuanto a la ruta planteada, decido con Ángel empezar a las 07:30 horas y darle un calentón a las piernas subiendo hasta el Castillo para coger la carretera a Paredes, recorriendo sus cuatro kilómetros para tomar una pista que nos encontramos a nuestra izquierda en la carretera con sentido a Almorox. Pasamos por una cantera y llegamos al Cerro Pelado.
A partir de ahí, empieza lo bonito. Tomamos a nuestra izquierda la Senda del Cerro Altillo que mantiene la señalización de "Camino de Santiago". Entre cercas, ganado, encinas y tejos, vamos ascendiendo por tramos sombríos. Cruzamos el seco Arroyo de los Molinillos y se nos cruza un venado asustado que se pierde entre la arboleda. Bonito regalo para esta ruta.
Por un tramo técnico formado por grandes bloques graníticos llegados a la confluencia con la M-544 y continuamos a nuestra derecha por la Cañada de Talavera. Normalmente solemos hacer este tramo en sentido inverso, lo que nos da hoy otra perspectiva de su perfil.
Al pasar el desvío de la Ermita de San Julián, tomamos una pista a nuestra izquierda que nos lleva hasta el Camino de Cadalso a Almorox. La proximidad de la Peña Muriana y de la primera cantera la recogemos en fotografías. Aún se aprecian zonas abrasadas por el incendio del año pasado.
Seguimos ascendiendo por el camino hasta la confluencia con la M-507. Debemos cruzarla para situarnos en la base de la Peña Muriana y continuar, por la derecha, hacia las canteras. A la izquierda tenemos el camino hacia Cadalso de los Vidrios, pero decidimos no entrar al pueblo.
Hasta aquí, todo es subida. Una constante ascensión y no hemos recorrido ni la mitad de la ruta. El perfil se vuelve favorable y algo rápido, pero pronto se acaba lo bueno. Con la presencia de la Peña a nuestra izquierda, empezamos a subir entre pinos hasta un punto donde hacemos el primer descanso para comer algo. Curioso lugar donde una muralla de enormes bloques de granito se alinean junto a un pequeño humedal.
Reanudamos la marcha, ascendiendo hasta una gran cantera que nos sitúa en el punto de altitud máxima de la ruta: 857 metros. Nunca antes habíamos estado tan cerca en bicicleta deL pico de la Peña a 1042 metros de altitud.
Bordeamos la cantera entre enormes bloques y contemplamos a nuestra derecha los estragos del incendio y otra cantera que antepone su color blando al terreno abrasado. Así, vamos saliendo de la cantera junto a una barrera y vamos a empezar a descender.
Lo que viene a continuación es espectacular. Por una ancha y larga pista, y con terreno descendente, nos dejamos caer contemplando los espesos bosques de pinos que nos van rodeando. Lástima que la velocidad nos impida disfrutar más de estos paisajes.
El final de la bajada conecta a nuestra derecha con una estrecha, sinuosa y técnica trialera que no puede denominarse ni sendero. Estamos en lo profundo de un barranco. Pero lo complicado viene después. Una larga y contaste subida hace que tenga que echar pie a tierra, me falta fondo y aún quedan muchos kilómetros. Ángel es una máquina y puede con ella.
Entre bosques de pinos nos aproximamos a la N-403, la cruzamos y vuelta a empezar: más subidas, largas y pesadas. Otra vez paro y aprovecho para beber y comer. El paisaje merece que le dediquemos algo más de tiempo.
El terreno se va volviendo más favorable y nos lleva hasta la confluencia con la M-507, que volvemos a cruzar para situarnos a los pies de la Urbanización del Encinar del Alberche. Unos tramos cómodos, rápidos y divertidos nos llevan hasta otra tremenda subida, sombría por la cercanía de los pinos pero muy dura. El paisaje es la recompensa, ¡pero a qué precio!
Al llegar a una barrera próxima a la Urbanización del Encinar, giramos a la derecha y nos dejamos caer por el bosque hasta la N-403. La cruzamos y entramos en la Cañada de Talavera. Decidimos rodar por la larga Cañada, entre pinares y algunas zonas abrasadas. La vuelta a casa se puede hacer por varias zonas. La opción de Almorox es menos bonita que la parte final de la Cañada y del sentido inverso por el Camino de Santiago. Cambiamos el perfil y la diversión está asegurada. El entorno es precioso con tramos técnicos y un desnivel favorable que, incluso pasado el Arroyo del Molinillo, se hace rápido.
Llegamos al Cerro Pelado y regresamos a casa por Paredes y sus cuatro kilómetros de recuperación hasta Escalona. De esta forma, damos por finalizada una espectacular ruta, no carente de dureza en un bellísimo entorno que te hace desconectar y te regala unos increíbles paisajes. Una ruta que supera los 50 kilómetros y los 1000 metros positivos en algo más de cuatro horas de pedaleo. Una ruta para los amantes del MTB que, sin duda, no les defraudará.
DATOS DEL RECORRIDO:
Total kilómetros: 53,50 km
Velocidad media en movimiento: 13 km/h
Velocidad máxima: 43 km/h
Altitud mínima:392 m.
Altitud máxima: 857 m.
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