Desde que conocí la existencia de las Vías Verdes tuve la intención de realizar, por lo menos, las más próximas a Madrid.
La Vía Verde de la Jara es la más alejada de todas ellas; situado a su inicio en la localidad de
Calera y Chozas (
Toledo), a 150 km de Madrid.
Una mañana de domingo de primeros de Septiembre decidimos Demo, Benja y yo hacernos el recorrido completo que supera los 100 km. Obviamente, habíamos entrenado para aguantar varias horas sentados sobre la bicicleta, algo imprescindible cuando se aborda etapas maratonianas como ésta.
Recuerdo llegar a las 07:00 horas a
Calera y Chozas, viendo como aún seguían las fiestas los chavales del lugar siendo todavía de noche. Nosotros en chándal y ellos con cubatas en la mano ¡¡vaya contraste¡¡.
Cuando amaneció decidimos acercarnos a la estación de RENFE del pueblo y estacionar el coche en el interior de la misma. Los trenes no se detienen en esta estación salvo que esté acordada previamente su parada.
Iniciamos la ruta partiendo desde el mismo anden de la estación con sentido a Portugal; saliendo de la misma y recorriendo parte de un camino que lleva hasta la carretera CM-4101, la cual atravesamos y continuamos por el camino hasta que éste se nos forma en una ancha pista que ya no dejaremos en todo el recorrido.
Nos encontrarnos con señalización específica para circular por esta vía, perfectamente señalizada y acotada. Al llegar al kilómetro 9 pasamos por el Apeadero de Silos. Seguidamente empezamos a ver a la izquierda el Río Tajo a su llegada al Embalse del Azután; y a la derecha, entre la arboleda, se divisan algunos asustadizos ciervos.
Al salir del segundo túnel nos encontramos con el espectacular viaducto sobre el Embalse del Azután. Para obligada y fotografías, tanto dentro de él como en la zona de descanso en el inicio de la subida hacia Aldeanueva de Barbarroya (km. 17) en donde nos encontramos la primera estación de la Vía. A partir de este lugar ya no volvimos a encontrar posibilidad de coger agua en todo el camino. Menos mal que íbamos provistos de bastante líquido y comida para todo el recorrido, puesto que aún faltaban 35 km hasta el final de la vía verde más el regreso.
Continuamos el camino por largas rectas hasta que pasamos en el kilómetro 24 por el Viaducto del Riscal del Cuervo que salva un barranco, y después por el apeadero de Pilas., llegando así a la mitad del recorrido.
Durante el resto de la vía llegamos a pasar por 14 túneles, la mayoría de ellos iluminados. En el kilómetro 31 llegamos a la estación de Nava-Fuentes; y saliendo de ésta, nos encontramos con el túnel más largo de todo el recorrido. Una larga recta de 740 metros que, supuestamente, estaba iluminado. A la entrada comprobamos como íbamos a echar mano de unas insuficientes linternas porque los mecanismos de encendido habían “desaparecido”, estando al aire los cables. La linterna que llevaba no me alumbraba ni las ruedas; así que, la sensación de vértigo y desequilibrio al rodar a oscuras me hizo mirar al punto blanco que tenía al frente y agilizar un poco el ritmo porque, intuitivamente, aminoras la marcha. De esa manera el punto blanco se fue haciendo cada vez mas grande hasta que salimos del túnel.
En el kilómetro 38 llegamos a la derruida estación de Campillo-Sevilleja, habiendo pasado por un puente sobre el río Huso, y dejando atrás el embalse de San Vicente. Posteriormente, en el Km. 44 vimos el apeadero de la Cervilla en donde hicimos una parada para reponer fuerzas; y, justo antes de llegar al final pasamos por la estación de Santa Quiteria y finalizando la Vía en el kilómetro 52.
Después de las correspondiente fotos regresamos a Calera y Chozas por la misma Vía, volviendo a pasar por los 5 viaductos y los 17 túneles que forman parte del recorrido. El propio perfil, ligeramente descendiente, hizo que la velocidad fuera más rápida, lo que se agradecía para que la vuelta no resultara monótona. En total hicimos 105 km y nos llevamos en el recuerdo una buena experiencia y mi primer paso por esta vía verde; la cual, junto con Demo, hemos vuelto a pasar al participar en las cuatro ediciones de la TALAJARA.
Fuente gráfica: Fundación de Ferrocarriles Españoles